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martes, 17 de junio de 2014

Pesca desde embarcación...de estreno


En esta entrada toca hablar por fin de una jornada de pesca desde embarcación. Aprovechando el obligado o casi impuesto parón doradero a surfcasting, era el momento de hacer una salida en busca de pageles y otras especies no menos interesantes.

Salimos una plácida mañana, con la idea de desconectar de todo y disfrutar de una excepcional situación marítima, además si era posible intentar hacer un poco de acopio de pescado para disfrutarlo en la mesa.

Nos dirigimos a una zona de fondo mixto, piedras sueltas con cascajo en los alrededores y clapas totalmente limpias de arena en una sonda de entre 35 y 50 metros. El viento de tierra matutino, nos ayudaría a realizar derivas con las que localizar diferentes especies.

Como era de esperar serranos y doncellas acudían de inmediato a la cita, acompañados por alguna mojarrita, conforme salíamos de la zona más rocosa algunos pageles entraban en acción. No es la época en la que salen más grandes, ya que los ejemplares de mayor tamaño se suelen pescar generalmente en los meses fríos, pero es sin duda esta especie una de las más combativas y divertidas de pescar.

El montaje que utilicé para esta jornada, estaba compuesto por un bajo con dos cametas de metro. La madre del bajo era de fluorocarbono con un grosor del 0.28 (H.D CARBON FUNE LEADER-SUNLINE), los anzuelos eran Chinu de Mustad del nº 6 empatillados con una línea híbrida de un grosor del 0.24 (HYBRID-YO ZURI).

La caña es de dos tramos enchufable y de acción parabólica, lo que la hace algo más dura que una telescópica y que permite trabajar perfectamente las capturas. En concreto es el modelo Gaansbai 2.7 metros de KaliKunnan, que lleva dos punteros intercambiables uno más duro y otro más blando, el conjunto se completaba con un carrete Tica Taurus en tamaño 4000.

También cogimos alguna que otra araña, que mi mujer se encargaba de levantar del fondo con un pequeño jig, cuando decidimos dirigirnos a una zona de fondo totalmente arenoso y en el que suele ser fácil clavar alguna.

En resumen una jornada muy divertida y con los objetivos finalmente cumplidos.


domingo, 6 de enero de 2013

Rockfishing, pageles y besugos

Hace unos días mi mujer y yo, organizamos una salida de pesca a una cala de la Costa Brava. Los partes de tiempo no eran muy favorables, ya que daban entrada de viento del Norte (Tramontana) a partir del mediodía. Así que tocaba buscar un lugar en el que estuviésemos protegidos, para cuando entrase este frío y seco viento. No teníamos intención de madrugar, puesto que la idea era pescar en las horas centrales del día en busca de pageles, prolongando la jornada hasta después de la caída del sol.
Gracias a un buen amigo, conseguí ubicar el pesquero al que hacía muchos años que no visitaba. Después de tener ya las cañas en el agua a diferentes distancias, todas cebadas con americano y llobarré, cametas largas en fluorocarbono (Duel Carbon Fune Leader del 0,26) y anzuelos finos (Abumi y Keiryu de Mustad), sólo faltaba situar el lugar en el que nos prepararíamos una buena parrillada para comer. En jornadas de este tipo vale la pena aprovechar y más, teniendo en cuenta que la jornada se antojaba larga y fría, así que únicamente hacía falta esperar a que empezasen a haber picadas.


El lugar de pesca era ideal, lo tenía todo, desde este emplazamiento le ganábamos muchos metros al mar, además de ser cómodo para moverse, tener bien colocadas las cañas y con lugares a los que acceder al agua, en caso de tener que salabrar alguna buena captura.
Las picadas no se hicieron esperar, al cabo de un rato la primera de las cañas que había lanzado, delataba una buena picada, que por la manera de arquear me hizo pensar que se trataba de un pagel. Cuando ya lo tenía a escasos 20 metros, se fue en busca del fondo quedando enrocado. Con paciencia y dejándolo un buen rato con la línea destensada, éste finalmente acabó saliendo y cuando ví el puntero otra vez arquear era el momento de levantarlo, la primera pieza ya estaba fuera.
En sucesivos lances se repetirían los enroques y por consiguiente las roturas de línea. No acababa de encontrar la zona limpia y las referencias que tenía, de dónde debía poner los cebos eran correctas, pero con el tiempo que hacía que no iba por allí y el efecto de los temporales sobre el fondo, éste estaría más  descarnado de lo que esperaba. Lo cierto es que la elección del lugar de pesca era arriesgada y hasta que encontré la zona buena, me costó la rotura de media docena de bobinas.
Con el paso de las horas, comprobamos que los meteorólogos se habían vuelto a equivocar, pocas veces me alegro de esto. El mar continuaba plano, el agua limpia y el viento era nulo, asi que esperaba que con la caída del sol, si los pageles no entraban, los que acabasen apareciendo fuesen los besugos (aligotes).



Finalmente fueron éstos los que nos alegraron esa dura jornada, ya que los que salieron eran de buen tamaño.
Por suerte o por desgracia, yo me quedo con la primera, no nos topamos con un buen ejemplar, porque no quiero pensar como lo hubíesemos podido sacar, ante tan difícil fondo. 

Con nuevo año recién empezado, si que me topé con un ejemplar XXL, pero esto lo dejo para otro post...

martes, 24 de mayo de 2011

En busca de "nuevos" pesqueros



Como en las últimas salidas con la barca, en busca de pageles, pargos y demás, la cosa no había funcionado todo lo bien que esperaba, me planteé un cambio de planes. Un amigo me dijo que entre semana, una buena manera de localizar nuevos puntos de pesca era aprovechar las zonas en las que los profesionales calaban sus artes y con la ayuda de la sonda, ver la composición de este y probar.
El día elegido a las 7 de la mañana, ya estaba embarcado con todo preparado y rumbo a un punto, donde en otra ocasión había capturado buenas piezas. Así pués el objetivo era ir en busca de las señales de "nuestros amigos" los profesionales.
Una vez en el sitio empezé a pescar en mi zona habitual, sobre un fondo de entre 42 y 55 metros, la captura de pequeños pageles y pargos me hizo plantearme el ir en busca de otros fondos y a escasos 500 mtrs. veía la banderola de un gallo que señalizaba una red. Con la barca a escasos 25 mtrs. de este, justo debajo me aparece un fondo muy interesante, con una roca que cambia el perfil radicalmente, lo que me hace ponerme manos a la obra.
Ya en la primera bajada y sin casi tiempo de que los cebos reposasen en el fondo, una buena sacudida arquea el puntero de la caña. Después de trabajar con cuidado la pieza/s, veo a medias aguas el resplandor de dos peces que van haciendo sus característicos círculos, conforme van llegando a la superfície ya rendidos después de varias carreras. Mi sorpresa fue ver que se trataba de un bonito pagel de casi un kilo, clavado en el anzuelo de abajo, que se había tragado un cangrejo ermitaño y un pargito de algo más de 600 grs. que había sucumbido a un gusano americano y que venía en el anzuelo superior del bajo.



El cambio de escenario prometía, así que durante un par de horitas fui haciendo derivas, con sucesivas capturas en forma de cántaras, vidriadas, incluso una lluerna (bejel).
La pesca con equipos ligeros, hace que el disfrute aún sea mayor, por lo que con una caña con su correspondiente puntera hibridada hará aún mejores esas sensaciones. El carrete de tamaño 5000 cargado con un trenzado de 0.08, un terminal de 0.35 de grosor, en fluorocarbono y un bajo con un diámetro inferior del 0.28 , me hicieron pasar una mañana excepcional.
Los cebos que utilicé fueron el americano y el cangrejo ermitaño, dos clásicos que rara vez suelen fallar. Esta vez los serranos y las doncellas no aparecieron, cosa rara.

lunes, 21 de febrero de 2011

Fotos amigas





No siempre las cosas salen como uno quisiera. A pesar de la bonanza meteorológica de que hemos disfrutado este pasado fin de semana, no hemos tenido la suerte de dar en el clavo con nuestros amigos, los peces.

El sábado decidimos probar en una nueva zona de pesca, donde nos habían comentado que se tocaban buenos pageles. Después de la travesía llegamos al punto elegido y a pesar de haber utilizado los mismo cebos y montajes que otras veces, esta vez no quisieron dar la cara, bueno algunos si, porque alguno salió, aunque pocos y de pequeño tamaño.


Cuando pescamos, pienos que siempre se deben utilizar los 5 sentidos y más cuando no están receptivos, algo que debo reconocer que no sucedió y evidentemente tuvo repercusión en el desenlace de la jornada.

La jornada del domingo iba enfocada a la pesca a gran fondo, en busca de besugos, serranos (palagales) y con suerte algún pez más codiciado (móllera, San Pedro o merluza), pero no hubo manera de dar con ellos. A primera hora y por efecto del viento de tierra que soplaba, derivábamos con demasiada rapidez, lo que no facilitaba que los aparejos trabajasen bien. Poco a poco y con el paso de la mañana y la desaparición del mismo, la pesca se pasó a realizar con la línea totalmente en vertical y por lo tanto, con mayor comodidad.
Como una imagen vale más que mil palabras, aquí si que sirve decir, que alguna de las capturas no llenaba ni la palma de la mano...


El mismo domingo y mientras intentaba sacar algo en claro, escuché por la emisora, que en la embarcación de Montse y Quico había movimiento y vaya si lo hubo. Llevaban unas cuantas salidas probando y ajustando un nuevo programa cartográfico, así que como es normal cuando se va de pruebas, generalmente las capturas se hacen de rogar. Pero mira por dónde, dieron en el clavo en tres ocasiones y se hicieron con una excepcional araña de cabeza negra, como las llamamos por nuestra zona y con dos bonitos gallos de San Pedro. Unas excelentes y justas capturas que consiguieron haciendo curri de fondo.

domingo, 16 de enero de 2011

Pesca con rubbers



La intención con la que íbamos el otro día, era la de "sondear" una zona nueva de pesca. Nos habían dicho que salían buenos pageles, así que con esa idea planificamos una de las salidas del fin de semana. Yo me centraría en tentarlos con cebo y mi mujer lo probaría con rubbers y pequeños jigs.

Para mi uno de los mejores cebos para pescar este y otros espáridos, es sin duda el americano . Por diversos motivos para esta jornada no pudimos disponer de él, craso error por que creo que la jornada se hubiese desarrollado de otra manera. Así que el cebo que utilicé fue el ermitaño y las patas de los calamares que habíamos cogido la noche anterior.

Después de varias pasadas y de probar en diferentes fondos, obtuve las primeras picadas, escasas y muy espaciadas y que se tradujeron en piezas de tamaño medio. El ermitaño se llevó la palma, ya que la mayoría de las capturas fueron con él, las patas del calamar bien presentadas y como no licradas, engañarón a una buena araña y algún otro pagel.

Mientras yo me peleaba con estos elementos, Rosa iba disparando la cámara y esperando su momento, que más tarde llegaría.


Cansados de la poca actividad que había por la zona, decidimos ir a unas piedras que nos son bastante conocidas sobre un fondo de algo más de 30 metros. Así que manos a la obra, yo con la misma técnica que antes y Rosa con sus "pulguitas de colores". Al cabo de unas cuantas bajadas, la oí decir: "me han picado" y al girarme vi su caña arqueada y a ella con cara de circunstancia, por lo que recojí rápidamente la mía para evitar cualquier enredo. Poco a poco empecé a vislumbrar, un pez rojizo que subía a la superfície, asegurando la pieza con el salabre para embarcarla.Un bonito cabracho, había sucumbido a un Salty de color rojizo/naranja.



Lo que más me alegra de toda la jornada, evidentemente fue la captura echa por mi compañera, que vive con igual o mayor entusiasmo que yo esta afición, me siento un privilegiado.

martes, 14 de diciembre de 2010

Una de cal y otra de arena





Bueno tal y como apuntaba en el anterior post, la idea era salir en busca de pageles desde embarcación y en eso se quedó la cosa, porque no tocamos ni uno. A pesar de cambiar de zona e insistir, insistir e insistir, no dimos con ellos. Los cebos eran los que en otras ocasiones nos habían funcionado a la perfección, americano y ermitaño, además como "extra" llevaba calamar recien pescado, pero ni con estas. Estuve a un tris de pasarme a tentarlos con algún rubber, pero la verdad es que no estaba animado, así que aburrido y cansado, ya que la noche antes habíamos salido al calamar, a media mañana estaba en el puerto, con 4 parguitos, alguna morruda y varios serranos.

Pues lo de la noche anterior fue muy entretenido, en un par de horitas nos hizimos con 5 buenos calamares y un trofeo de caza. En la última pasada, enganchamos lo que parecía una cornamenta de ciervo, que tiró lo suyo. Hasta que no la enfocamos y la tuvimos cerca, la verdad es que no teníamos muy claro lo que era (a veces los calamares, una vez clavados vienen como un peso muerto, hasta que te ven la sonrisa, entonces les entran las prisas y quieren huir).

Esta vez probamos otra manera de profundizar el señuelo, tal y como nos lo había comentado nuestro amigo Nico y la verdad es que funcionó, todo y que lo tendremos que perfeccionar. Se nota que nos llevan muuucha ventaja y las piezas que consiguen son más numerosas y mayores. Los señuelos fueron los mismos que en ocasiones anteriores, el Jibi Pez de Yo-Zuri y entraron a varios colores, aunque de los mejores el de la foto y los oscuros.

En las últimas salidas, el termómetro estaba por debajo de cero grados y la verdad es que hay que echarle valor.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Pageles desde embarcación






Con la llegada del frío, es el momento de volver a tentar a los pageles desde embarcación. Las últimas salidas que han hecho varios compañeros, que los han buscado desde costa y los resultados que han tenido, me hacen pensar que la cosa se ha podido animar. Así que si el tiempo nos lo permite, según los partes parece que sí, el fin de semana está cantado que iremos a por ellos.
Antes del verano ya los tentamos en alguna ocasión, pero el tamaño era bastante contenido. Pescando una piedra cercana, nos sorprendió el gran número de cántaras (morrudas) que cogimos en poco rato y que probablemente estarán mucho más creciditas. Así que prepararemos bien los cebos (americano, ermitaño y langostino), aparejos y demás e iremos en su busca.
Ya toca un cambio de registro, todo y no dejar de lado el curricán, probaremos otro tipo de pesca. Esperemos se comporten...

domingo, 14 de noviembre de 2010

Pargos, pageles y doradas desde el acantilado




¿Quien no tiene en un calendario, "fichados" los mejores meses para la pesca de una especie determinada?. Cada uno sabrá sus propios motivos, bien porque aumenta la actividad; porque el tiempo acompaña y nos apetece más practicar este deporte, o bien porque el tamaño de las capturas aumenta y entonces la recompensa aún es mayor.

Todo esta información, se va recopilando en nuestro disco duro a lo largo de los años, gracias a la experiencia y a veces, por las valiosas explicaciones recibidas de algún pescador veterano que las comparte contigo.

Llegado este tiempo, es hora de visitar uno de "nuestros cotos", en busca de buenas piezas y del que estoy seguro que nos puede deparar muy gratas sorpresas, como casi siempre. Además en estas fechas, es bueno pescarlo tanto de día como de noche, (pero lo de la noche lo dejaré para otro post). El lugar está en Begur, en la Costa Brava Sur.

El tiempo que llevo desconectado del surfcasting pasa factura y no por ello se pierden las ganas, todo lo contrario. Siempre sacas algo en positivo, je, je, empiezo a lanzar con el brazo izquierdo, algo impensable hasta hace un tiempo. Así que como la pesca desde este acantilado no es muy selectiva en cuanto a la distancia de lance, si lo es por el contrario con el material y en breve montaremos esa salida que hemos demorado por tanto tiempo.

En este caso el equipo debe estar al 100%, no cabe el más mínimo error y cuando digo el equipo, no hablo únicamente de los materiales y cebos de pesca, sino de lo más importante: Nosotros. Un traspiés en las rocas es siempre peligroso, pero si además hay unos 15 metros hasta el agua, la cosa es muy seria. Afortunadamente nunca hemos tenido ningún susto, porque ninguna pieza vale más que nuestra seguridad.

El montaje que mejor nos ha funcionado en este lugar ha sido el de plomo corrido, con un giratorio con imperdible al que atamos un único anzuelo, (también se puede montar un bajo con dos cametas), de tamaño acorde al cebo que vayamos a utilizar y a las piezas pretendidas.

Para mí, uno de los mejores cebos en este lugar y que mejores resultados me ha dado, es el cangrejo ermitaño, tampoco pueden faltar el americano y el siempre socorrido llubarrero. La líneas de los carretes son del 28 al 33, con un empalme de mayor grosor, en la del 28 para que aguante el golpe del lance. Las cañas deben ser de acción elevada, ya que nos deben facilitar el subir una buena pieza, sin ayuda de la sacadera, desde muchos metros de altura.



lunes, 30 de agosto de 2010

Pesca entre boyas


Muchas veces y mientras contemplaba el puntero de las cañas, en las "típicas jornadas estivales", en busca de ese ranchito de mabras, roncadores o con suerte alguna dorada. Me hacía la siguiente pregunta, ¿porqué no tentar el mismo tipo de pescado, pero desde la barca?.
Desde la orilla hay que estar constantemente prospectando el fondo (si no es una zona conocida), hasta encontrar algo, que nos haga pensar que esa es la zona de paso del pescado o que ahí está comiendo. En numerosas ocasiones este se encuentra muy lejos, por lo que o eres un buen lanzador o no te queda otra que esperar a que esa noche el pescado se acerce a tú distancia de tiro y para futuras salidas, mejorar tú técnica de lance.
Bueno a lo que iba, con el cebo que gentilmente mí padre nos había dejado y que le había sobrado de un concurso, organizamos una salida nocturna en barca. El lugar lo escogimos "al azar", una zona dónde sabíamos que se habían estado tocando buenas herreras desde la playa. Eso es a escasos 50 mts de las boyas que delimitan la zona de baño. Así que fondeados debidamente ( lo ideal es doble fondeo por proa y popa), montamos tres cañas con puntero híbrido de 3,5 mts a 4,50 mts. Alternamos bajos de 2 cametas largas, con anzuelos del nº6 tipo Cristal y otros con montaje de plomo corrido con anzuelos All-Round del nº 4, por si entraba algún pescadito más granado. Los cebos que utilizamos fueron la lombriz catalana, americano y areny. El resultado de la jornada, a parte de una excelente cena y una buena charla, fue la captura de unos cuantos pageles, otros tantos roncadores, alguna doradella y únicamente una herrera.
Honestamente me quedé del todo satisfecho, aunque esperaremos que pasen estos meses de canícula y que el tránsito de embarcaciones se reduzca para repetir pesca. Seguro que el resultado mejora.
La pesca desde playa tendrá que seguir esperando...

jueves, 12 de agosto de 2010

Vacaciones 2010





Estas son algunas fotos de la primera parte de las vacaciones. Esperamos que la otra tongada, ya a mediados del mes de septiembre, sea más productiva en el tema capturas.
Salimos a por loritos, también hizimos alguna jornada en busca de pageles y pargos. Dedicamos otra a fondo, pero debido a que la zona de pesca estaba y está "plagada" de jureles, bogas y caballas. Desistimos en seguir, a pesar de una buena clavada probablemente de un congrio de talla, que no quiso subir y que además se llevó un par de anzuelos.

domingo, 1 de agosto de 2010

Rockfishing




Para mí el pescar desde las rocas, siempre ha tenido un atractivo especial, supongo porqué es aquí donde me inicié en esto de la pesca. Primero dentro del puerto de Blanes, esquilmando cada verano la población de jureles, chuclas, besugitos y pequeñas anjovas, pero de esto hace bastantes años y los tiempos han cambiado... y mucho.
Un buen maestro me enseño un pesquero, en el que durante años habían tenido muy buenas y variadas capturas. Así que previa inspección del terreno, sín mochila ni cañas, organizamos la jornada de pesca.
El lugar de pesca al que se accede a traves de un camino entre el bosque, antes de llegar a las rocas, de bajada es genial, pero la vuelta con un desnivel considerable es un verdadero rompe-piernas. En esta zona hemos pescado en muchas ocasiones, con diferentes cebos y evidentemente diferentes resultados, americano, llubarrero, gusano de beta, cangrejo ermitaño, titas, etc... Con la mar en calma, con mar de Levante e incluso con medio temporal y creo que el mejor es el dichoso Levante, que es con el que nos íbamos a encontrar el día de pesca.
Sobre las 05:30 de la mañana ya teníamos plantadas las cañas, elegimos el llubarrero, el gusano de beta y el cangrejo ermitaño (este no puede faltar) como cebos. El fondo según la distancia y el abanico en el que lancemos las cañas, varía entre posidonia, fondo totalmente rocoso y mixto de arena y piedra. Un montaje con plomo de aleta (corrido) y un sólo anzuelo del nº 3/4 de pico de loro y de buena calidad, la cameta del 0,30/0,35, no demasiado larga (1,5 mts es más que suficiente) ya que el lugar permite utilizar el salabre telescópico, para sacar una buena pieza.
A primera hora los sargos nos hicieron pasar un buen rato, alguno de ellos de buen tamaño y como suele suceder en estas jornadas "de espera", en busca de buenas piezas, mientras estábamos en lo mejor del desayuno una de las cañas amorra violentamente, dudando de si la piqueta iba a aguantar semejante embestida. Después de la clavada y de trabajar con cuidado la pieza, evitando el roce con las rocas, una mancha rosácea/plata empieza a asomar a escasos metros. Como siempre no todo iba a resultar fácil, así que después de percatarnos de que el salabre (salabardo) se había quedado en el coche, no quedaba otra que sacarlo a plomo, así que aprovechando el oleaje, en una de las subidas lo puse en seco. Cuando vi semejante breca, me quedé alucinado, la lucha fue apasionante con unas carreras de lado a lado que me hacían dudar de poderlo sacar por el fondo tan escarpado, pero al final quiso salir en la foto.
El animalito midió 51 cms y pesó 1,480 kg.

domingo, 11 de julio de 2010

Jornada de brecas y pargos




Habíamos planificado la próxima salida en barca, con la intención de capturar sobretodo pageles (brecas) y algún que otro pargo. Según la previsión, el estado de la mar, seria del todo bueno, día claro y con una mar en óptimas condiciones, sín la influencia de ningún viento, a excepción del típico terral matinal, que "casi siempre" facilita la acción de pesca. Al llegar por la mañana al pantalán, el tema había cambiado sustancialmente, durante la noche había empezado a soplar ligeramente el viento del este, con lo que la mar ya no estaba lo cómoda que esperábamos encontrar, en el cielo algo de bruma. Aún así preparamos los equipos y salimos directos a la zona de pesca, con un fondo mixto, entre los 35 y los 45 metros.
La pesca no era todo lo fructífera que deseábamos, en los primeros lances tocamos algún serrano, julias y un par de pageles, pero muy espaciados en el tiempo. Motivada por la acción del viento, la deriva era considerable y efectuábamos pasadas por la zona de pesca con demasiada rapidez. Así que decidimos fondearnos y una vez realizada la maniobra y con el hierro bien cogido en el fondo, nos dedicamos a peinar la zona, el resultado final mejoró con la captura de varios pargitos y un par de buenos pageles (brecas) que rondarían los 3/4 de kilo, los cebos utilizados fueron el americano y el llubarrero.
Esta fue la jornada matinal del sábado, el día antes por la tarde también habíamos repetido, esta vez en busca de anjovas, el resultado de la misma la dejo para el próximo post.

martes, 8 de junio de 2010

Lanzón, angel o demonio.



Cada año con el final del invierno y hasta bien entrada la primavera, en una zona bastante acotada del litoral (entre la Costa Brava y El Maresme) se practica por parte de las barcas profesionales la pesca del lanzón ( o sonso en Cataluña).
Esta especie con un valor gastronómico alto y que además es de temporada, es ofrecida por bares y restaurantes, lo que la hace un potencial foco de negocio para los profesionales.
La captura se realiza con redes de maya fina y estrecha, que en la parte baja del aparejo, llevan unas cadenas con las que mientras se arrastran y se va cerrando el cerco, levantan a este delicado pez de "su guarida" y cuando se ve acosado o de noche se entierra en la arena.
La pesca se realiza de día, generalmente a primeras horas de la mañana y a escasos metros de la orilla. Cuando digo a escasos, es en alguna ocasión a menos de 20 mts de la playa y con apenas 4 metros de calado.
Años en los que se han pescado durante todo el período, ha supuesto que para los pescadores de playa en esas zonas, la escasez de herreras, doradas, lubinas, pageles y demás haya sido acusada.
Este pez al mismo tiempo, es el sustento de otros muchos depredadores marinos, por lo que la práctica de la pesca con cebo natural, aparcando por un día los artificiales, nos puede deparar una jornada inolvidable. Arañas, jureles, pageles, bonitos, dentones y una larga lista de otras especies, incluyen en su menú a este pececillo. Independientemente del fondo sobre el que pesquemos, arenales, fondos mixtos, raro será que alguno de ellos no muestre interés.
Personalmente me gusta utilizarlo, para la pesca de la araña, una técnica que me enseñó hace ya muchos años mi tío y con el comparto jornadas a la pesca de éstas.
El montaje es sencillo, una cameta de fluorocarbono de apróximadamente metro y medio ( el diámetro variará según la corriente, pero a partir de un 0,28 es más que suficiente), en el que empatillaremos 3 anzuelos del nº5/6 (cristal), unida a un plomo de varilla, de cuyos extremos uniremos por un lado, la línea madre y por otro la cameta.
Para pescar esta especie buscaremos arenales, en los que con la ayuda de la sonda podamos encontrar ligeros desniveles. El aparejo debe reposar en el fondo y con la ayuda (esta vez sí) del viento terral, nos permitirá rastrear una mayor zona hasta localizar al grupo de traquínidos. La voracidad con la que comen, hacen que sea una pesca muy divertida.
Hay que tener especial cuidado al manipular las capturas de esta especie, estén vivos o no, ya que su aleta dorsal, así como los opérculos laterales están provistos de un veneno que produce un intenso dolor.
Utilizar el lanzón sobre otro tipo de fondos nos puede deparar, mayores sorpresas, pero esto lo dejaremos para otro día.

jueves, 25 de marzo de 2010

Al mal tiempo buena cara


No siempre el tiempo acompaña y a veces nos pueden más las ganas, que cualquier otra cosa. Así que con un parte no muy claro, nos arrancamos a salir de casa, para llegar al lugar de pesca y tener las cañas en el agua, justo al despuntar el día, eso significa una hora de coche, hasta llegar a Begur. Cebos, americano y cangrejo ermitaño, el montaje con un sólo anzuelo del nº 4 al nº 2 (pico de loro y duro), plomo corredizo de aleta, para al recoger levantar rápido del fondo y evitar enroques, línea del 0,30/0,32 y un empalme de unos 10 mts. del 0,45, para que no pete al lanzar. Cuando no hacía más de 20 minutos que teníamos las cañas en el agua, una de ellas se empieza a doblar considerablemente, mi compañero y yo nos miramos y pensamos que la primera buena pieza, se había decidido a embocar el ermitaño que llevaba de cebo. La verdad es que la sensación, es alucinante. Una vez consigues levantar el pescado del fondo y ves como platea allí abajo luchando por liberarse, con unos cuantos metros de agua por encima, piensas que una parte está hecha, ahora queda lo peor, subir la pieza a plomo desde una altura de unos 15 mtrs. Por eso, no vale la pena escatimar unos cuantos euros, en hilos, anzuelos y demás, si luego pierdes una buena pieza por la calidad del material.
Ese día, la jornada no se dio mal, además de la dorada kilera (1.300grs), salieron unos cuantos pageles, algún pargo y un buen tordo. No todos los días acaban así.