lunes, 20 de febrero de 2012

Rockfishing en busca de pageles

En estos meses fríos una de las pescas más atractivas es la de pageles desde la costa. Los podemos tentar desde la playa o bien desde la roca, ya que durante esta época del año, los grandes ejemplares están más accesibles.
Uno de las mejores zonas para dar con ellos es en la Costa Brava. Sus playas y roquedos que a escasos metros de la costa alcanzan profundidades considerables, serán ideales para buscar a este espárido. Fondos en los que abunda la posidonia, dónde también hay piedras sueltas entre grandes arenales, son los mejores lugares para tener una jornada fructífera.
Como este entorno queda muy lejos de nuestra zona habitual de pesca (Tarragona), mi compañero se encargó de buscar por los alrededores, un pesquero en el que en plena ola de frío polar irnos a probar suerte.

Llegado el día, con una temperatura de 0ºC y un viento de Mestral que aumentaba la sensación de frío, nos presentábamos en la zona para una gélida jornada matutina de rockfishing.
El fuerte viento, nos hizo escoger un lugar algo más resguardado del original. Más que por el frío, para evitar la incomodidad de estar continuamente viendo como las cañas se movían, sin distinguir las posibles picadas.
El lugar era cómodo para lanzar, para moverse e incluso,  para en caso de clavar una buena pieza, acceder hasta el borde del agua a salabrarla. Lo que no nos lo pondría tan fácil era el oleaje,  a pesar de que estábamos en una piedra alta, golpeaba con fuerza en las rocas llegando alguna hasta casi dónde pescábamos, así que para utilizar el salabre tendríamos que utilizar el ingenio y la cordura.

La mañana, con las cañas en el agua desde prácticamente el amanecer, discurría con demasiada tranquilidad, hasta que el repiqueteo en una de las cañas de Carmelo, delataba que algún pescado había probado el engaño.  Tras unos instantes la primera pieza estaba fuera, se trataba de un sargo de buen tamaño.

La mañana fue transcurriendo con un ritmo lento de picadas, fue en  las cañas de mi compañero en las que hubo el mayor número, por tan solo una picada en las mías. En dos ocasiones y a escasos metros de la roca, en una zona con el agua más turbia, a Carmelo y mientras cobraba una pieza le cortaron literalmente por la mitad un buen sargo y una doradella que rondarían los 30 cts. Por la forma de las dentelladas diría que eran anjovas. No deja de ser curioso, como aunque el agua esté tan fría, estos depredadores estén tan activos. Antes de estos “incidentes”, en una de mis cañas había tenido un corte de línea,  de no haber visto las dentelladas posteriores, no lo hubiese asociado al paso de estos peces.

Entre tanto, esperaba que en alguna de mis cañas hubiese movimiento, cosa que afortunadamente acabó sucediendo. Una picada muy sutil destensó un poco la línea de una de mis cañas, podía haber sido el viento o el oleaje, ya que los plomos de 125grs de cásting aguantaban a duras penas. Pero no, al coger la caña y tantearla noté un buen tirón, que delataba que había pescado al otro lado. Después de un rato de tira y afloja, a unos 30 metros empezamos a vislumbrar la silueta de una bonita dorada, que aprovechando la profundidad y el oleaje nos pondría difícil fotografiarla. Con mucho cuidado y algo de riesgo mi compañero consiguió salabrarla.

Sin duda me quedo con la imagen de la dorada, buscando profundidad e intentando rozar la cameta con las rocas que tenía a su alrededor, cosa que debo decir estuvo a punto de suceder. El verlo desde un lugar alto, me brindó una escena que tardaré en olvidar.
Los cebos que utilizamos fueron llubarrero, lombriz y tita de palangre, el primero de estos fue el que mejor resultado nos dio, aunque los pageles no dieron señales.
Al ser una zona limpia de rocas, utilicé los mismos equipos que empleo en cualquier arenal. Los anzuelos que utilicé fueron los chinu de Mustad, empatillados con Hybrid de Yo-Zuri de 10lbs.


martes, 7 de febrero de 2012

Doradas a surfcasting, ¿será este año tan bueno como parece?

El ritmo de capturas ha descendido, si lo comparamos con los últimos meses del año pasado. Pero resulta sorprendente que con estas temperaturas tan bajas, todavía sigan saliendo doradas en prácticamente todas las playas del litoral.
Desde el Maresme hasta el Tarragonés, numerosos compañeros se encuentran con ellas, de manera fortuita o premeditada ya que visto lo visto, no hay que dejar de probar en aquellas playas en las que en los meses álgidos para esta pesca, las capturas son habituales y generosas.
El enfoque que hacemos a la hora de planificar una jornada de pesca es "sencillo". Sin tomárnoslo con una calma total, dado que lo que buscamos son capturas de cierto porte, la acción de pesca se ralentiza. Las picadas son menos habituales y se espacian más en el tiempo, salvo contadas ocasiones en que la cosa cambia inesperadamente y nos vemos inmersos en un frenesí debido a la actividad incesante de los peces.



Si las condiciones del mar son las idóneas, oleaje, espuma y ausencia de algas o corriente, el hacer unos cuantos sargos será un buen aliciente para mantenerse activo. Sin olvidar claro está, que la reina de la espuma Doña Labrax, puede estar de caza en nuestro pesquero, por lo que presentarle un suculento cebo nos puede deparar la captura de la noche.










Es conveniente utilizar materiales de primera calidad, de esta manera ganamos enteros a la hora de conseguir poner en seco una buena pieza.