miércoles, 31 de octubre de 2012

Doradas a surfcasting, no hay dos sin tres.

La primera de las tres, que fueron muy similares...
Desde este fin de semana pasado y con motivo del cambio horario, las tardes se han acortado considerablemente. Llegar al lugar de pesca antes de que anochezca, y poder aprovechar ese rato mágico entre el “cambio de luces”, se hace complicado, salvo que planifiquemos la salida de pesca  el día de fiesta en el trabajo. Días antes de que esto sucediese, organizamos una jornada en busca de nuestras amigas de la frente dorada.
El mar presentaba unas condiciones inmejorables, quizá con algo más de oleaje del que creía que me iba a encontrar en un principio, pero sin duda con un aspecto ideal. Ese día pude empezar a pescar antes de que oscureciese, por lo que comprobé en el primer lance, que todavía había restos de algas (posidonia) del fuerte oleaje que había habido en días precedentes y que se habían arrancado de un alguero cercano.

Con las cañas ya en acción de pesca, no habían pasado ni quince minutos cuando en una de ellas, una sutil picada delataba que al otro lado de la línea, alguien se había interesado por un buen trozo de llobarré. Mientras me aproximaba para coger la caña, el puntero de esta se empezó a arquear violentamente, lo que me obligó a esperar unos instantes, antes de sacarla del cañero y empezar a trabajar la pieza.
Después de unos minutos de tira y afloja, ponía en seco la primera dorada, un buen ejemplar con el que iniciaba la jornada de una manera sensacional.

Siempre que puedo, utilizo cebos blandos si la morralla no está activa. Gusanos como la lombriz catalana, el llobarré o incluso la funda, me han dado excelentes capturas, siempre que las condiciones han sido las propicias.

Al cabo de un buen rato y después de un período, en el que la única actividad que hubo fue la captura de un par de mabras (herreras), otra bonita picada me aceleraba el pulso durante un rato. El resultado, otra buena dorada muy similar a la primera, que esta vez había sucumbido a un canuto de tita, en el que había escondido un anzuelo modelo Chinu del nº 4, de la marca Mustad.


Un buen canuto de tita, alternativa al cebo blando
 
Una vez cebada y vuelta a lanzar, al poco de estar en el agua, la otra caña volvía a delatar picada. Con la típica destensada de línea, lo primero que pensé fue que sería otra mabra, similar a las que había cogido anteriormente. Nada más lejos de la realidad, cuanto tuve la caña en la mano noté que no era una herrera, los inconfundibles cabezazos la delataban, era otra dorada.

Con esta última captura, decidí dar por concluida la jornada a una hora prudencial, con un botín que no siempre se suele conseguir. En este tipo de pesca, son más los días en los que vuelves a casa de vacío o casi, que días con resultados como este.

lunes, 8 de octubre de 2012

Campeonato de España de Surfcasting- El Rompido (Huelva)

El dia 22 de Septiembre se cumplió uno de mis sueños: participar en un campeonato de España de surfcasting.
Como en muchos aspectos de la vida, cada uno se marca metas que intenta alcanzar. En mi caso esta era una de ellas, difícil, muy difícil.
  
Como pescador, siempre sueñas con capturar aquella pieza espectacular, que además de una buena lucha, te brinde una foto inolvidable para el recuerdo. Si además eres pescador de competición, también tienes que marcarte unos objetivos que sean asumibles y siempre tocando de pies en el suelo, siendo conocedor de tus limitaciones y también de tus posibilidades.
En Catalunya al igual que sucede en otras Comunidades, existen toda una serie de competiciones intermedias por las que pasar, antes de ganarte el billete a tan codiciado premio. En la primera de las fases y con una alta dosis de guasa, mi compañero Carmelo y yo nos decíamos: "ojalá nos fuese todo rodado y pudiésemos ir los dos al campeonato de España". Quien nos iba a decir que al final, los dos acabaríamos obteniendo una plaza, no sin antes haber empleado mucho esfuerzo, empeño e ilusión.
 
 
Con el billete ganado, ahora nos tocaba disfrutar del momento y del lugar, la Flecha del Rompido, un enclave idílico ubicado en la provincia de Huelva, en el que intentaríamos dar lo mejor como pescadores disfrutando y sobretodo aprendiendo de la experiencia junto al resto de compañeros.
Un lugar en el que las condiciones del mar, (algas y mareas) nos harían adaptarnos y buscar la mejor manera de sacar partido a nuestros puestos de pesca. El tema de las algas ya lo habíamos vivido en varias ocasiones (en el escenario de pesca de varios autonómicos), pero el de las mareas en mi caso, era la primera vez que lo sufría. ¡Siempre hay una primera!.
 
 
Al final nos llevamos un sabor de boca inmejorable, con un resultado por equipos fenomenal y un resultado individual impensable.
Desde este post quisiera agradecer a todos aquellos que me habéis ayudado a conseguir este premio, a los más cercanos y a los que están más lejos. Gracias otra vez.