domingo, 1 de agosto de 2010

Rockfishing




Para mí el pescar desde las rocas, siempre ha tenido un atractivo especial, supongo porqué es aquí donde me inicié en esto de la pesca. Primero dentro del puerto de Blanes, esquilmando cada verano la población de jureles, chuclas, besugitos y pequeñas anjovas, pero de esto hace bastantes años y los tiempos han cambiado... y mucho.
Un buen maestro me enseño un pesquero, en el que durante años habían tenido muy buenas y variadas capturas. Así que previa inspección del terreno, sín mochila ni cañas, organizamos la jornada de pesca.
El lugar de pesca al que se accede a traves de un camino entre el bosque, antes de llegar a las rocas, de bajada es genial, pero la vuelta con un desnivel considerable es un verdadero rompe-piernas. En esta zona hemos pescado en muchas ocasiones, con diferentes cebos y evidentemente diferentes resultados, americano, llubarrero, gusano de beta, cangrejo ermitaño, titas, etc... Con la mar en calma, con mar de Levante e incluso con medio temporal y creo que el mejor es el dichoso Levante, que es con el que nos íbamos a encontrar el día de pesca.
Sobre las 05:30 de la mañana ya teníamos plantadas las cañas, elegimos el llubarrero, el gusano de beta y el cangrejo ermitaño (este no puede faltar) como cebos. El fondo según la distancia y el abanico en el que lancemos las cañas, varía entre posidonia, fondo totalmente rocoso y mixto de arena y piedra. Un montaje con plomo de aleta (corrido) y un sólo anzuelo del nº 3/4 de pico de loro y de buena calidad, la cameta del 0,30/0,35, no demasiado larga (1,5 mts es más que suficiente) ya que el lugar permite utilizar el salabre telescópico, para sacar una buena pieza.
A primera hora los sargos nos hicieron pasar un buen rato, alguno de ellos de buen tamaño y como suele suceder en estas jornadas "de espera", en busca de buenas piezas, mientras estábamos en lo mejor del desayuno una de las cañas amorra violentamente, dudando de si la piqueta iba a aguantar semejante embestida. Después de la clavada y de trabajar con cuidado la pieza, evitando el roce con las rocas, una mancha rosácea/plata empieza a asomar a escasos metros. Como siempre no todo iba a resultar fácil, así que después de percatarnos de que el salabre (salabardo) se había quedado en el coche, no quedaba otra que sacarlo a plomo, así que aprovechando el oleaje, en una de las subidas lo puse en seco. Cuando vi semejante breca, me quedé alucinado, la lucha fue apasionante con unas carreras de lado a lado que me hacían dudar de poderlo sacar por el fondo tan escarpado, pero al final quiso salir en la foto.
El animalito midió 51 cms y pesó 1,480 kg.

4 comentarios:

  1. Las caminatas y vistas, también te llenan de esperanzas y ilusiones, amén de las posibles capturas. Para mi, esto es un buen aliciente a seguir disfrutando...

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  2. Preciosa breca, uno de los esparidos mas divertidos de pescar, hace años que no pesco desde las rocas y ciertamente lo echo un poco de menos, el ermitaño me parece que tiene que ser una carnada espectacular, es una pena que sean casi imposibles de consegir aqui en mi zona.
    felicidades Alex.

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  3. Hola fish, como lo sabes, según el momento a veces las piezas son lo de menos.
    Joseba, teniendo unos buenos contactos entre los arrastreros, no es difícil. Bocado exquisito para prácticamente todo el pescado (Doradas, sargos reales, pargos, etc...). Lástima la distancia. Saludos

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  4. Hola Alex, tu tambien te entretienes bien eh!! Precioso pagel, y bonito pesquero. El rockfishing me parece muy interesante, tengo ganas de hacer alguna visita por la Costa Brava norte. Eso de pescar en parajes rocosos y "mas o menos" salvajes tiene un encanto especial, al menos para un tipo acostumbrado a la gran urbe como es mi caso. Además, en ese tipo de costa se pueden tener posibilidades de pescar espáridos de cierto tamaño, y porque no, algun mero arriesgando perder los vinilos o los jigs en algun piedro.

    Saludos!!

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