martes, 24 de mayo de 2011

En busca de "nuevos" pesqueros



Como en las últimas salidas con la barca, en busca de pageles, pargos y demás, la cosa no había funcionado todo lo bien que esperaba, me planteé un cambio de planes. Un amigo me dijo que entre semana, una buena manera de localizar nuevos puntos de pesca era aprovechar las zonas en las que los profesionales calaban sus artes y con la ayuda de la sonda, ver la composición de este y probar.
El día elegido a las 7 de la mañana, ya estaba embarcado con todo preparado y rumbo a un punto, donde en otra ocasión había capturado buenas piezas. Así pués el objetivo era ir en busca de las señales de "nuestros amigos" los profesionales.
Una vez en el sitio empezé a pescar en mi zona habitual, sobre un fondo de entre 42 y 55 metros, la captura de pequeños pageles y pargos me hizo plantearme el ir en busca de otros fondos y a escasos 500 mtrs. veía la banderola de un gallo que señalizaba una red. Con la barca a escasos 25 mtrs. de este, justo debajo me aparece un fondo muy interesante, con una roca que cambia el perfil radicalmente, lo que me hace ponerme manos a la obra.
Ya en la primera bajada y sin casi tiempo de que los cebos reposasen en el fondo, una buena sacudida arquea el puntero de la caña. Después de trabajar con cuidado la pieza/s, veo a medias aguas el resplandor de dos peces que van haciendo sus característicos círculos, conforme van llegando a la superfície ya rendidos después de varias carreras. Mi sorpresa fue ver que se trataba de un bonito pagel de casi un kilo, clavado en el anzuelo de abajo, que se había tragado un cangrejo ermitaño y un pargito de algo más de 600 grs. que había sucumbido a un gusano americano y que venía en el anzuelo superior del bajo.



El cambio de escenario prometía, así que durante un par de horitas fui haciendo derivas, con sucesivas capturas en forma de cántaras, vidriadas, incluso una lluerna (bejel).
La pesca con equipos ligeros, hace que el disfrute aún sea mayor, por lo que con una caña con su correspondiente puntera hibridada hará aún mejores esas sensaciones. El carrete de tamaño 5000 cargado con un trenzado de 0.08, un terminal de 0.35 de grosor, en fluorocarbono y un bajo con un diámetro inferior del 0.28 , me hicieron pasar una mañana excepcional.
Los cebos que utilicé fueron el americano y el cangrejo ermitaño, dos clásicos que rara vez suelen fallar. Esta vez los serranos y las doncellas no aparecieron, cosa rara.

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