jueves, 1 de agosto de 2013

Pesca de la araña desde embarcación


 
Abordo esta nueva entrada en el blog, con una intensa mezcla de sentimientos, recuerdos  y vivencias del presente.

La pesca de la araña desde embarcación, fue una de las primeras modalidades que pude disfrutar en compañía de mi tío, quizá por ello sea de las que más me gusta practicar. Si  la memoria no me falla, de esto hace ya algo más de 25 años, cuando la pesca y lo creo honestamente, era radicalmente diferente en todos los niveles a la que hoy practicamos. Por aquel  entonces las zonas de pesca se tomaban por enfilaciones, cogiendo como referencia dos puntos, creando así dos líneas imaginarias y cuya intersección sería lo que actualmente marcamos en nuestros GPS como waypoint.

El montaje para engañar a estos voraces y abundantes peces era sencillo, un plomo de cuerpo cilíndrico de unos 100 gramos, con una varilla un tanto doblada de unos 25 centímetros, a cada uno de los extremos del plomo, al que por un lado se unía la línea madre de la madeja ya que no utilizábamos cañas, de no menos de un grosor del 0.50 y por el otro lado, anudábamos junto con un giratorio con imperdible, un ramal del 0.40 de aproximadamente 1.5 metros con tres anzuelos del nº 5/6 empatillados en la misma cameta. El cebo a emplear siempre era el sonso (lanzón), preferiblemente fresco ya que mantiene al máximo su brillo y olor, al que ensartaríamos los tres anzuelos, en cabeza, parte central y cola.

Todo esto, aderezado con la habitual brisa matinal, que nos ayudaría a batir mayor zona de pesca y por consiguiente, a localizar las zonas más querenciosas, era suficiente para hacerse con un generoso botín.

El patrón estaba claro quién era y en una pequeña embarcación de madera de apenas 4 metros,  la “Mare de Déu del Vilar”, manipular a estos peligrosos peces era complicado, los pies y las piernas estaban a un simple salto de sus venenosas espinas. La orden para no llevarnos un doloroso picotazo era clara, “nen, hasta que no haya limpiado la que está en la orla, no se embarca ninguna…” y así fue, todas las veces en que salimos con aquella barquita.

Con los años, entendí la insistencia que puso mi tío en aquello que me comentó y no mucho tiempo después, viví en mis propias carnes esa dolorosa experiencia. Un día buceando en un arenal se me ocurrió atrapar a un inmóvil pececito, que apenas se inmutó cuando iba a cogerlo con la mano y que poco se parecía a los de su misma especie y que ya había pescado. El resultado os lo podéis imaginar, en el hospital con la mano deformada por la hinchazón, el día de playa arruinado, con el consiguiente disgusto de mi madre que era la que me acompañaba.

El dolor me duró meses y el recuerdo de aquel día, se me quedó grabado en el disco duro de mi memoria, de todo se aprende, de lo bueno y de lo malo… cada vez que practico este tipo de pesca, extremo las precauciones y manipulo estos peces con sumo cuidado.

Seguro que allí dónde él esté cuidará porque ninguno de estos peces, nos vuelva a estropear el día.

 
El mundo de la pesca ha evolucionado a pasos agigantados, lo que nos ha podido hacer más efectivos y técnicos, pero nunca hay que olvidar “los inicios” porque en ellos, encontraremos la esencia de la pesca y practicaremos una pesca más romántica y menos resultadista.


El modelo Lucifer de Katashi

 

16 comentarios:

  1. Un placer leer esta entrada Alex!! un saludo y a seguir pescando arañas.

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    1. Hola Toni,
      Gracias por aparecer por aquí, en cuanto pueda vuelvo a por ellas, me encanta pescarlas y sobre todo comerlas.
      Saludos
      Alex

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    1. Gracias José,
      Lo bueno duró tiempo y aprendí mucho...
      Un saludo
      Alex

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  3. Molt bonica aquesta experència i record, i una bona moraleja per recordar.
    Petonets
    Maria Espasa

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    1. Gràcies Maria,
      Me alegra verte por aquí.
      Un beso
      Alex

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  4. Peligroso pez donde los haya,un amigo aun después de varios años tras la picada,tiene la zona de su cuerpo tocada,ni que decir tiene que nos jodio el dia de pesca,mucho cuidado en su manipulación.
    De comer no se como estará,todos los que se topan con mis anzuelos van al agua.

    Saludos desde El Puerto.

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    1. Hola Marcos,
      Desde costa generalmente salen "arañones" como los llamamos por aquí, ejemplares de menos de un palmo que tanto desde costa como desde embarcación, se van al agua otra vez, si se puede devolverlos. Estos son los más peligrosos de manipular.
      Si los que coges ya son creciditos, te invito a que pruebes un día, después de haberlos desarmado de la espina dorsal y de los espolones de las agallas, a filetearlos y hacerlos a la plancha pasándolos antes por harina y huevo, la carne es EXQUISITA.
      Cocinadas tipo zarzuela ya ni te cuento.
      Saludos
      Alex

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  5. Menudo bichejo as escogido para esta entrada Alex, solo decirte que al solo verlo me recorre un frio por la espalada.
    Bonita entrada con hermosas recuerdos que nunca hay que olvidar

    Un abrazo

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    1. Hola Eduardo,
      Pues como ya apuntaba, esos recuerdos son imborrables y perdurarán para siempre.
      El bichejo en cuestión, es algo problemático para manipularlo, pero yendo con mucho cuidado y no fiándose nunca, es una pesca muy divertida y generosa en el plato.
      Un abrazo
      Alex

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  6. que buen emblaco sale con las arañas y fritas no estan nada mal. saludos

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    1. Hola Nono,
      Que bien sabes lo buenas que están fritas, ja, ja. La gente que las tira no saben lo que "se pierden".
      Saludos
      Alex

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  7. Hola Alex, preciosa experiencia las que nos has contado. Estos peces se les da muy poco valor en cuanto a capturarlos se refiere. Es complicado su manipulación, pero el sabor que le da a nuestros caldos hace que este pez sea un manjar exquisito. La buena lucha que te da un ejemplar de araña sea cual sea el peso la hece myu digna captura.
    La entrada muy emotiva, me ha gustado mucho.
    Un abrazo desde el Sur

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  8. Pues como bien apuntas Juanma, el sabor que le da a las sopas e incluso su carne fileteada, es sin duda excepcional, aunque sea una especie poco valorada gastronómicamente hablando, para mi personalmente es una delicatesen.
    Una abrazo
    Alex

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  9. Hola Alex.

    La verdad que había oído que están buenas, pero nunca me he atrevido a cogerlas (y tampoco después de leer esta maravillosa entrada). ;-)

    Un abrazo.

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  10. Ja, ja, Jonathan no les tengas miedo, que te sorprendería gratamente probándolas y pescándolas, por tú zona me han dicho que abundan y mucho.
    Un abrazo
    Alex

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