miércoles, 10 de febrero de 2010

Las sorpresas que da el invierno


El otro día por la tarde, decidimos ir a barquear un rato cerca del puerto, para desfogar un poco el motor y quitarnos el "mono", después de tantos días amarrados por el mal tiempo. Con dos cañas caladas, haciendo un curri, por si sonaba la flauta, vaya si sonó. Cuando apenas hacía 5 minutos que habíamos salido por la bocana, en una de las cañas en las que el señuelo debía ir a unos 5 metros de profundidad, hubo una sacudida tremenda. Cual fue nuestra sorpresa, cuando después de trabajar la pieza, pudimos ponerla dentro del salabre, era un bonito dentón de casi 3 kg.
Aquí está la muestra....

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