Durante una parte de estas vacaciones, hemos dedicado algunas salidas a realizar un curri costero, en busca de melvas, bonitos, bacoretas y demás pescado azul. La verdad es que los resultados que hemos obtenido, no han sido todo lo satisfactorios que esperábamos. Los bonitos andan muy escasos y sólo algunas embarcaciones, en los últimos días han tenido encuentros esporádicos con ellos. No siempre el que la persigue la consigue, pero el premio a la perseverancia algún día cae, de una forma u otra.
En tres ocasiones, hemos tenido la oportunidad de avistar los acrobáticos saltos de peces espada, visto y no visto, no dan tiempo ni de coger la cámara de fotos.
Las pajareras que otros años se formaban por estas fechas, son difíciles de ver y como siempre el amigo Murphy aplica su ley, cuando te has pasado toda la mañana dando tumbos y ya de vuelta a puerto, zas!, nuestras amigas aladas empiezan a caer en picado a unos escasos cientos de metros y aparecen esos lomos, que nos hacen subir la adrenalina (nada que ver con las pajareras atuneras). A pesar de actuar con sigilo, con el motor parado para lanzarles esa cucharita, el pescado busca profundidad rápidamente y desaparece después de apenas tres lances, apareciendo a cierta distancia. Vamos, como el gato y el ratón.
Al final, uno de los días encontramos las melvas, algunas de buen tamaño y que nos hicieron pasar un buen rato.
Las vacaciones han dado mucho de sí y no hemos dado tregua, prácticando varias modalidades y probando "cositas", así que poco a poco iremos desgranando el resultado.
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