Como cada año y con la llegada del calor, estos pequeños y ricos peces acentúan su actividad y gracias a esta, aumentan nuestras posibilidades de captura. Hablo de los raores o loritos ( como los llamamos por mí zona).
Un pez con una morfología y comportamiento, si más no peculiares, que no duda en enterrarse cuando se siente amenazado o no está activo. Dotado de unos prominentes incisivos, con los que "nos deleita", cuando le vamos a echar mano una vez clavado. Una voracidad tremenda y una picada peculiar, hacen que la pesca de este singular pececito, sea muy divertida. Tampoco vamos a dejar de lado, la exquisitez de su carne, algo digno de mención y de la que no podemos disponer durante gran parte del año.
Este pasado fin de semana decidimos ir en su busca. Con equipos ligeros, acordes al tipo de presa que buscábamos y con un montaje sencillo pero fino, el resultado fue del todo positivo y en unas horitas nos hicimos con unas cuantas decenas.
En el mismo fondo donde escontramos nuestro objetivo, no es difícil clavar, alguna que otra breca, pargito, araña o algún que otro pez plano.
Hay diferentes tipos de montajes, pero el que más utilizo es el bajo de plomo corrido, con dos anzuelos del nº10/12 de pata larga, uno por debajo del plomo y otro a unos 25 cms por encima de este, el cebo a utilizar, preferiblemente el gusano de veta o el coreano.
Un pez con una morfología y comportamiento, si más no peculiares, que no duda en enterrarse cuando se siente amenazado o no está activo. Dotado de unos prominentes incisivos, con los que "nos deleita", cuando le vamos a echar mano una vez clavado. Una voracidad tremenda y una picada peculiar, hacen que la pesca de este singular pececito, sea muy divertida. Tampoco vamos a dejar de lado, la exquisitez de su carne, algo digno de mención y de la que no podemos disponer durante gran parte del año.
Este pasado fin de semana decidimos ir en su busca. Con equipos ligeros, acordes al tipo de presa que buscábamos y con un montaje sencillo pero fino, el resultado fue del todo positivo y en unas horitas nos hicimos con unas cuantas decenas.
En el mismo fondo donde escontramos nuestro objetivo, no es difícil clavar, alguna que otra breca, pargito, araña o algún que otro pez plano.
Hay diferentes tipos de montajes, pero el que más utilizo es el bajo de plomo corrido, con dos anzuelos del nº10/12 de pata larga, uno por debajo del plomo y otro a unos 25 cms por encima de este, el cebo a utilizar, preferiblemente el gusano de veta o el coreano.
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