domingo, 29 de junio de 2014

Dorada a surfcasting...picada brutal


En la última visita a una de los buenos spots de pesca de Tarragona, la jornada me deparó varias sorpresas que a continuación os contaré.

De entrada el parte del tiempo no era muy halagüeño, todo lo contrario de cómo estaba el mar. Un ligero viento de levante que inevitablemente arrastraba una espectacular tormenta, había movido el fondo y la superficie lo suficiente, como para que aunque solo fuese un rato intentar clavar alguna dorada. Nada más salir de casa empezaba a chispear, con lo que me surgió la pregunta de turno ¿vale la pena?, tenía cebo que gastar y no lo dudé mucho.

Al llegar a la playa vi a unos compañeros que llevaban desde la tarde, como el día había estado nublado los bañistas pronto habían recogido sus cosas y se podía empezar a una hora más temprana de lo que en esta época es normal.

Los cebos que tenía para esta jornada eran, llubarré, lombriz catalana y algo de americano pequeño que me habían sobrado de un campeonato. Para iniciar la pesca diurna como ya he comentado en otras entradas, me gusta utilizar cebos blandos, en esta ocasión la catalana y el llubarré. En una de las dos Split que iba a poner en acción de pesca, utilicé el montaje habitual de una cameta de unos dos metros, en esta ocasión con una nueva línea híbrida de la casa Duel, en concreto el Quick Shot en un diámetro del 26, en la que iba empatillado un anzuelo Chinu de Mustad del número 2.

En la otra caña monté un bajo de línea con dos hijuelas, con cametas de  1.7 metros, como los que utilizo para competición, con anzuelos bastante más pequeños de los que utilizo para pescar exclusivamente doradas. En este caso eran unos Sode de Mustad del número 8, con los que esperaba clavar alguna herrera, lubina o cualquier otra especie de tamaño medio que estuviese por la zona.

Después de un rato de estar con las cañas en acción de pesca y de revisar si la morralla actuaba y limpiaba los anzuelos, cosa que no sucedía, me entretenía con el dichoso móvil hablando con otros compañeros, que andaban pescando en otra playa. Una de las veces que levanté la vista vi por el rabillo del ojo, que la caña que estaba calada con el bajo de dos anzuelos, estaba doblada como un arco y que por instantes el carrete cedía hilo. Lo primero que se me pasó por la cabeza, era que una buena anjova se llevaba algún pescadito que se había clavado o en el peor de los casos, que sencillamente me cortaría la línea sin más problema, pero que equivocado andaba…

Cuando pude sacar la caña del soporte los tirones iniciales me desconcertaron, no me imaginaba que pescado podía ser. La línea corría hacia un lado de manera acusada, eso las doradas habitualmente no lo hacen y más a unos 100 metros de la orilla. Después de una lucha muy bonita tras una espectacular picada, pude vislumbrar la enorme cola de una dorada, que hundía la cabeza contra la arena intentando soltarse del anzuelo. Con la ayuda de un compañero finalmente la puse en seco, entonces comprobé que el anzuelo venía alojado en la parte dura del morro, fuera del alcance de sus potentes mandíbulas y que para darle más lógica a la dura pelea, se había clavado del anzuelo de arriba.
Dorada de algo más de 2kg que me alegró la tarde

Está claro que el montaje no iba destinado 100% a capturar un ejemplar de este tamaño, pero sin duda la calidad de los materiales que usemos y la mano que tengamos, a la hora de trabajar las piezas serán sinónimo de victoria y satisfacción.

La tormenta no nos dejó continuar y tuvimos que abandonar la playa a la carrera, antes de que la situación se volviese más peligrosa, esta vez el acierto fue total y sin mojarme ;))


martes, 17 de junio de 2014

Pesca desde embarcación...de estreno


En esta entrada toca hablar por fin de una jornada de pesca desde embarcación. Aprovechando el obligado o casi impuesto parón doradero a surfcasting, era el momento de hacer una salida en busca de pageles y otras especies no menos interesantes.

Salimos una plácida mañana, con la idea de desconectar de todo y disfrutar de una excepcional situación marítima, además si era posible intentar hacer un poco de acopio de pescado para disfrutarlo en la mesa.

Nos dirigimos a una zona de fondo mixto, piedras sueltas con cascajo en los alrededores y clapas totalmente limpias de arena en una sonda de entre 35 y 50 metros. El viento de tierra matutino, nos ayudaría a realizar derivas con las que localizar diferentes especies.

Como era de esperar serranos y doncellas acudían de inmediato a la cita, acompañados por alguna mojarrita, conforme salíamos de la zona más rocosa algunos pageles entraban en acción. No es la época en la que salen más grandes, ya que los ejemplares de mayor tamaño se suelen pescar generalmente en los meses fríos, pero es sin duda esta especie una de las más combativas y divertidas de pescar.

El montaje que utilicé para esta jornada, estaba compuesto por un bajo con dos cametas de metro. La madre del bajo era de fluorocarbono con un grosor del 0.28 (H.D CARBON FUNE LEADER-SUNLINE), los anzuelos eran Chinu de Mustad del nº 6 empatillados con una línea híbrida de un grosor del 0.24 (HYBRID-YO ZURI).

La caña es de dos tramos enchufable y de acción parabólica, lo que la hace algo más dura que una telescópica y que permite trabajar perfectamente las capturas. En concreto es el modelo Gaansbai 2.7 metros de KaliKunnan, que lleva dos punteros intercambiables uno más duro y otro más blando, el conjunto se completaba con un carrete Tica Taurus en tamaño 4000.

También cogimos alguna que otra araña, que mi mujer se encargaba de levantar del fondo con un pequeño jig, cuando decidimos dirigirnos a una zona de fondo totalmente arenoso y en el que suele ser fácil clavar alguna.

En resumen una jornada muy divertida y con los objetivos finalmente cumplidos.