miércoles, 28 de marzo de 2012

Surfcasting, seguimos con las doradas

 

Sorprendente me está pareciendo la racha de capturas, con la que hemos empezado el año. Siempre me aplico el dicho, de que las cosas no son como empiezan, sino como acaban y debo reconocer que en algún momento esta racha se acabará... o no.
Sin estar en la mejor época para capturarlas, como ya he comentado en algún que otro post, siguen saliendo en muchas playas, no todos los días, pero en la gran mayoría y si las condiciones del mar son las idóneas, estas acaban dando la cara.
Me imagino que muchos de nosotros, tenemos la suerte de compartir jornadas de pesca con compañeros, que generalmente por experiencia acaban siendo grandes conocedores de buenos pesqueros. Según el viento que sopla y como está el mar, tienen muy claro cuales serán las mejores playas, en las que probar suerte en busca de estas caprichosas glotonas, en este caso la experiencia es un grado. Afortunadamente en los últimos tiempos y gracias a estos compañeros, me he impregnado de estos valiosos conocimientos, además de las pruebas que yo he hecho por mi parte, que como os podeis imaginar no siempre dan resultado, pero cuando lo dan, la satisfacción es sumamente grande.

Que os puedo contar a muchos de vosotros que no sepais. Cuando después de tener las cañas en el agua durante un buen rato y hacer una primera revisión, los cebos aparecen tal y como los hemos lanzado es un buen indicativo, no hay morralla. Sólo nos queda esperar a la hora crítica, aquella en la que la primera caña se destensa y delata que empiezan a pasar.
De repente nuestra actividad y la de nuestros compañeros se acelera y son esos momentos, los que en parte hacen tan especial este tipo de pesca, lenta, de espera.

En cada zona todos los pescadores tenemos nuestras preferencias, a todos los niveles, pero en cuanto a cebos los hay que son infalibles para determinadas especies. Al inicio de la jornada y de día, me gusta pescar las doradas con llobarrero, si la morralla me lo permite me da mucho juego, eso si, el precio de este anélido no es económico. Si los pezqueñines no dan tregua, la tita de palangre soluciona el problema.
Anzuelos tipo chinu de la marca Mustad, empatillados para pescar de día con fluorocarbono y una vez ya al atardecer, si necesito cambiarlos, utilizo una línea híbrida de Yo-Zuri, un hilo relativamente económico, que gracias  a un conocido y después de probarlo, ya no falta en mí equipaje.

Aquí está una selección de fotos, de las capturas que hemos conseguido en las últimas salidas a surfcasting.
Desde roca y embarcación también hemos hecho diabluras, con diferentes resultados, pero hoy no toca hablar de ello.

sábado, 17 de marzo de 2012

Sardos, retomando sensaciones

Hacía ya mucho tiempo, que no me topaba con ejemplares de sardo de semejante tamaño. El día anterior me había ido de excursión al Delta del Ebro, creo que de todas las veces en que he bajado este año, el mar reunía las mejores condiciones para tentar a las lubinas, rompientes a varias distancias, espuma, agua turbia, ausencia de algas, vamos que lo tenía todo, pero la jornada se tradujo en un solemne fracaso. En varias horas de pesca no tuve ni una picada, así que recogí mis bártulos y sin apenas haber gastado nada de cebo me marché para casa.


Al día siguiente y viendo que el mar estaba en condiciones similares, asesorado por un compañero me decidí por ir a una playa (La Pineda), en la que con el mar batido por el levante y algo resguardado por el puerto de Tarragona, se pueden dar buenas capturas.
Una vez en la playa, puede observar que había bastante oleaje y algunas rompientes, lugares idóneos para tratar de buscar algún pescado de suerte, como una lubina o un verrugato.
Una vez con las cañas en el agua, pude comprobar que no había corriente y que se podía pescar perfectamente con plomos de casting y líneas finas.
Al poco rato de empezar ya tuve la primera picada, síntoma de que podía ser una noche con bastante actividad, como al final resultó siendo. La primera pieza fue un sardo, que se había tragado un canuto de tita, un cebo que esta noche fue el que mejor funcionó.
Durante un buen rato las picadas fueron constantes y las capturas se sucedieron, mabras, sargos y cuando estos cesaron un poco su actividad, salieron unas cuantas doradellas que estaban entorno al kilo.
Con el agua batida me decidí por empatillar los anzuelos, con cametas de un grosor del 0,33 utilizando para ello el Hybrid de Yo-Zuri, que resulta bastante dúctil y que me está dando buenos resultados. Los anzuelos que monté, dado los diferentes cebos que iba a utilizar (llubarrero, tita de palangre y gusano de tubo), fueron los modelos Chinu y Abumi de Mustad.
Una jornada que me hizo recuperarme del batacazo del día anterior.

sábado, 10 de marzo de 2012

No hay tregua...

De un tiempo a esta parte, comparto salidas de pesca a surfcasting con excelentes pescadores y en algún caso, excelentes lanzadores. Es cierto que en algunas playas y en según que condiciones encontremos el mar, no será necesario exprimir al máximo nuestras dotes de lance. Pero cuando el pescado está receloso, el agua está muy clara o bien la zona caliente de pesca está lejana, el ser un buen lanzador nos facilitará el obtener buenas capturas o tener que conformarnos, en ver como pescan nuestros compañeros. Es un tema que no solo influye a pescadores de competición, si no que es de suma importancia para todo practicante que se acerque por un arenal.
No podemos ser conformistas y obviar nuestras carencias. En la pesca, como en todos los aspectos de la vida, hay que evolucionar para obtener mejores resultados.
Después de una mañana de curso en compañía de Jordi, me llevé las nociones básicas para empezar a realizar mis primeros lances a la OTG o lance a la catalana. No es una técnica fácil, pero tuve la suerte de al menos aprender de un experimentado lanzador, cuales son los movimientos a realizar para que este tipo de lance de sus resultados. Debo reconocer que no es flor de un día aprender la técnica, pero que con empeño e intentando corregir errores, poco a poco los resultados en forma de lances más largos se empiezan a ver.
En una jornada de prácticas me fui a una playa dura, dónde habitualmente el pescado se toca lejos, a no menos de 160 mtrs. Así me comentó Jordi que debía actuar, para poner en práctica lo que había aprendido, un reto difícil que me haría sacar lo mejor. Así fue como actué, dos cañas a tope y otra en una rompiente muy atractiva que había a unos 70 mtrs. Mi compañero sacando más de 170 mtrs en cada tiro y yo intentando acercarme a esta marca.
La verdad es que a larga distancia esta vez la cosa no funcionó, entre mi compañero y yo sólo sacamos unas cuantas piezas de escaso tamaño, un par de mabras, un pagelito y un sardito. La campanada la dió la caña que estaba en la rompiente, que marcó una clara picada de lubina.

Con un carrete cargado con una línea cónica del 0,20 de Siglón (cambia de color cada 25mtrs), un montaje en urfe con una cameta de 2.5 metros y un anzuelo del 1/0 modelo chinu de Mustad, empatillado con Hybrid de 0.12lbs.
No siempre es decisivo hacer lances al infinito, pero muchas veces si son necesarios ya que el pescado se encuentra allí.



lunes, 5 de marzo de 2012

No es como empieza, sino como acaba

En las últimas salidas de pesca, la situación se ha ido “normalizando “y a continuación lo explicaré. Después de un inicio de año bastante regular en cuanto a buenas capturas, poco a poco he ido tocando de pies en el suelo y volviendo a la cruda realidad.
Recientemente por un motivo u otro, la suerte siempre me ha sonreído más favorablemente a mí, que a mi compañero Carmelo. A pesar de no estar en una de las mejores épocas del año, para salir de pesca a surfcasting, dadas las condiciones meteorológicas y las escasas capturas de cierto porte que se dan, prácticamente no hay semana en la que no salgamos como mínimo un día de pesca.

Hemos visitado diferentes playas cercanas a Tarragona, los resultados han sido de lo más variados, incluso en algún caso las capturas han brillado por su ausencia. En varias horas tan solo hemos visto alguna sutil picada.
Generalmente centramos nuestras salidas en busca de las codiciadas doradas, que como ya he apuntado en otros posts, siguen rondando por numerosas playas y roquedos. Aunque no le hacemos ascos a una buena lubina o a algún sardito entrado en tamaño, no dan la guerra que las doradas, pero te alegran la espera.

Como mencionaba al principio de esta entrada, el amigo Carmelo se está empezando a desquitar y espero que en breve, la situación se vuelva a igualar ajustando nuestros particulares marcadores.
Con esta sana rivalidad que nos acompaña en cada jornada, voy encajando alguna que otra goleada, pero siempre me aplico el que las cosas no son como empiezan si no como acaban, y el año no ha hecho más que arrancar.

Estas últimas doradas sucumbieron a un canuto de tita de palangre y a una lombriz catalana, en este último caso con anzuelo modelo Abumi de Mustad, que venía clavado en la parte exterior de la boca, lejos del alcance de sus molares.